Reseña "8" de Julio Medem #28FestivaldeMálaga.



Escrito por Héctor Sosa Palencia


Quizás me encuentro en buena posición para hablar de 8, la nueva propuesta del consagrado cineasta Julio Medem. Esto se debe a que no soy especial conocedor de su obra, a pesar de que soy consciente de su importancia e influencia en el cine español, por lo que asistí a la sala sin grandes expectativas. Pues aún con todo esto conseguí salir con un profundo mal sabor de boca, con pena –incluso lástima– ya que se trata de una cinta plagada de buenas ideas y momentos ensamblados por un montaje horrible y zambulléndose constantemente en el ridículo. Para rematar encuentro el mensaje sobre explicado, pero mejor comienzo a ahondar más profundamente en los conceptos presentados.  

Los dos primeros capítulos de los ocho que componen el filme son muy notables, sobre todo el primero cuyo arranque es lo mejor de la película para mí. En el coloquio que tuvimos con el director en su estreno en el festival este confesó que el guion se realizó a partir de esta primera instancia y se nota demasiado. La estructura movida de falso plano secuencia le queda como anillo al dedo a dicha secuencia inicial, pero ya está, no a toda la película. Además, para mi gusto, las transiciones entre coches y lugares para mantener el falso plano secuencia “funcionando” son de una cutrez que te saca por completo de la narración. Junto a estos se encuentran además los fundidos a blanco, el director arrojó una suerte de justificación diciendo que son “un magma blanco taconeante” donde todo se encuentra encuadrado en la misma tradición y cultura, pero no la consigo comprar. Para mí son, al igual que las transiciones, un entorpecimiento en la inmersión del espectador, un obstáculo para disfrutar los aspectos positivos de la película. Cabe decir, que todas estas decisiones formales están justificadas por Medem pero simplemente las tengo atrancadas, no entiendo su funcionamiento y sinceramente pienso que su justificación no es buena y viene de ninguna parte.  

Hablemos del otro gran problema que tengo con la película, el tratamiento de la temática y las actuaciones. Es una “papilla”, una sobre explicación continua, de temas además muy manidos por lo que hay que ser realmente audaz y sutil para no resultar evidente. Hacer una película sobre los últimos noventa años de historia de tu país en una suerte de clase de historia dramática y sensacionalista que descubre la incapacidad de sorprender de la película. Esto se acompaña con actuaciones que viven en la fina línea del ridículo irreconocible, y más allá de la línea en numerosas ocasiones.  

En fin, tampoco todo es malo existen conceptos interesantes como la figura del ocho como representante de dos úteros, dos cabezas y dos vidas que representan el infinito –ocho tumbado- conflicto entre las dos españas. Junto con eso cabe añadir que la fotografía es muy buena –cuando en el comienzo encienden una vela y se baña de luz por completo la habitación me quedé completamente fascinado-, aunque cuanto más avanza en el tiempo la historia el formato se adapta y se va haciendo más aburrido, creo que en el blanco y negro sacó mucho más partido de la iluminación y la fotografía. Se siente una gamberrada mal llevada, como lo que muchos pensaron con Megalópolis y aunque yo defendí con capa y espada la de Coppola, no veo el por qué hacerlo con esta cinta. Triste y decepcionado. 

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