Estrenos 6/06/2025: Crítica "Ballerina" y "Sirât"


Cambiando un poco la dinámica habitual del blog, aprovechando los estrenos de este fin de semana nos hemos animado a escribir un poco sobre dos películas que apuntan a ser recordadas este año.

Sirât (Oliver Laxe, 2025)

Laxe nos ha ofrecido la que posiblemente sea su mejor película hasta la fecha, y se ha terminado por consagrar como uno de los cineastas más interesantes del panorama actual español. 
El fenómeno con 
Sirât está siendo curioso, pues ya noté en mi sala —y posteriormente reafirmé leyendo diversas críticas y comentarios por redes— que está llegando a un público bastante amplio y comercial, bastante lejos de lo que puede resultar esta película. No sé si sea por las raves o por ese aire a Fury Road, siempre está bien que se llenen las salas, aunque la oleada de gente siempre hace que uno quiera abandonarlas por más de un comportamiento.

Lo cierto es que ya desde una gloriosa presentación —desde el espacio al individuo, pasando por el grupo, recordando bastante al Climax de Noé en su despliegue— podemos intuir que la pantalla grande merece la pena ya sea por sus imágenes o diseño sonoro. Y aunque su primer acto me estuviese generando bastantes dudas al recordar por momentos a uno de los primeros largometrajes de Laxe, Mimosas, pronto todo el viaje físico pasa a ser psicológico, acercándose más —si esto fuese posible— a Gerry (2002) que la anterior.
Las críticas destructivas apuntan hacia el giro que hace que la película pase de esa road movie inicial a una especie de wéstern más cercano a Raoul Walsh, enfatizando su impiedad y tachándolo de un cine deshumanizante y barato. Lejos de la realidad, Sirât no podría ubicarse en ningún lugar que no fuese el borde del fin del mundo, donde no abundan los arcoíris y esto puede causar que la experiencia se torne difícil de digerir. 
De señalar algún aspecto negativo, pondría más bien el foco sobre las actuaciones, algo histriónicas, que no llegan a convencer en algunas ocasiones, aunque estas afortunadamente son escasas y terminan funcionando mejor mediante lo gestual o incluso en algunos momentos de mayor intimidad



Repite director de fotografía al contar con Mauro Herce, y donde se involucré él siempre habrá también críticas hacia el ritmo de sus proyectos —y principalmente por esto negaba su carácter comercial. Además de con Laxe, trabajó con Patiño en Samsara (2023), y con  Lisandro Alonso en Eureka, del mismo año, siendo esta a la que más recuerda esta nueva película —sobre todo al tercer acto de la argentina, con esos eternos fundidos— en sus imágenes que rozan la abstracción. Hace un trabajo magnífico y logra que la contemplación no resulte en pretensión, sino en hipnotismo, perdiéndonos en sus imágenes mientras observamos a sus personajes perderse y dejar atrás a otros —todo parece ir de pérdidas aquí—. Son esos fundidos, paisajes, y sobre todo esa música lo único a lo que podemos aferrarnos con confianza ante tantos interrogantes. Todo lo demás es efímero, no sabemos cuándo sonará por última vez.

Eureka (Lisandro Alonso, 2023)

Ballerina (Len Wiseman, 2025)

Por otro lado, yendo ahora sí a algo bastante más comercial, Ballerina ha resultado ser toda una sorpresa para una saga que no parecía poder exprimirse más.
Lo cierto es que su director, Len Wiseman, nunca ha llegado a ofrecer algo de un mínimo de calidad, y no es la primera vez que se le encarga ocuparse de alguna secuela —spin-off en este caso—, y el guionista, aún siendo el de las dos últimas entregas de John Wick también lo era de los últimos trabajos de Snyder... 
La película arranca con una historia de origen ya mil veces contada, y la película es consciente de que todos estamos esperando que empiece la acción, así que decide pasar esto rápidamente con una estructura súper bien calculada a base de elipsis muy ingeniosas, y en el segundo acto nos encontramos ya ante las primeras escenas de acción que no descansan ni un segundo hasta el final del metraje. Cuenta con una Ana de Armas entregadísima en su papel y un cast de secundarios muy sólido, aún con varios momentos típicos de fanservice a la saga —aunque siempre está bien, y ahora con cierta pena, ver a Lance Reddick en pantalla. Hay quienes apuntan incluso que la película se sostiene únicamente por esto último, centrándose en la inclusión del personaje de John Wick, pero creo que todo resulta sólido por sí mismo e, incluso, es este personaje la mayor pega de la cinta. 


Es un despliegue imaginativo que no te deja respirar. Las escenas de acción van desde una divertidísima escena en una simple cocina hasta otra en una armería, contando con una pelea con lanzallamas. Se agradece muchísimo el empeño puesto en la película y su atraso con el fin de mejorar todo esto, porque sus coreografías están a la altura de lo que ya lograba la saga en sus anteriores entregas, volver a esa acción más cercana a las artes marciales donde los escenarios son un papel más y los personajes los utilizan de formas inesperadamente creativas. Creo que es lo mejor que puede hacer el cine de acción comercial, y Ballerina 
—esta saga en general— debiera ser un ejemplo a seguir en sus ideas y desarrollo —como ya hizo por suerte el año pasado la muy lúcida Monkey Man de Dev Patel—.

Han llegado dos entregas muy potentes este primer fin de semana de junio, pero hay que seguirle aún la pista a la cartelera este mes: En las próximas semanas llegará Ne Zha 2, la película de animación que ha batido récord en taquilla; The Last Showgirl, que espero con ansias tras perdérmela en el SSIFF; y A la Deriva (Caught by the Tides), una de las mejores películas del año pasado y, quizá, la obra maestra de Zhangke.


Texto redactado por Javier Navas González








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